
Un escenario, un periodista perfecto con el que pasé tres horas geniales a pesar de haberle conocido cinco minutos antes de empezar, un micrófono, y cientos de personas en sus butacas escuchando lo que decíamos. El improvisar, el escuchar por parte de la organizadora que sin nosotros dos es imposible seguir un orden y dar entrada a cada una de las actuaciones... el ser la presentadora durante tres horas de un festival contra el cancer fue maravilloso. Por la causa, porque era la primera vez, porque me sentí genial, porque sé que tengo ganas de repetirlo una y mil veces :)
1 comentario:
Qué envidia más cochina me das :)
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