Cuando una vez me dijeron que estaba loca, acepté el dictamen sin protestar: fue ésa la primera vez en la vida que se hizo justicia conmigo. Que nadie venga ahora a reclamarme cordura; mi cordura es mía y no pienso compartirla con nadie.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Dedicado

Al productor que usaba mis maquetas pa´ ponerse rayas
a la alemana que me dijo "nein" un sábado de fallas
a las braguitas de la perdición, el pachuli y la pena
y los adictos a los "agarraos" en noches de verbena
A los que viven el verbo vivir al filo de la muerte
a los que nunca encuentran un chupito demasiado fuerte
a las paellas con afrodisiaco para calentonas
a los milagros de la "Santa Madre" silicona
Al colegio de abogados donde no me he colegiado
dedicado, dedicado, dedicado.
A las que besan con el corazón pensando en la cartera
y duermen en hoteles de neón junto a la carretera
a los que van buscando un gran amor sin brújula ni mapa
a las mamás que alegran la bragueta a miembros de A.P.A.
A las amantes de psycokillers, a los libertinos
a las marujas fabricantes de bragados y astifinos
a los que mojan el amanecer con churros y cerveza
a los que enjaulan pájaros de esos que hay en la cabeza.
A los cuerpos declarados patrimonio del pecado
dedicado, dedicado, dedicado.
A las profesionales del desliz que dan vidilla al sexo de Madrid caricias que no dejan cicatriz
A los que tienen sueños de Peep Show y barra americana
a los que se quedaron calvos por echar al aire canas
a los que esquivan en el ring los duros golpes de la vida
y los que ensayan frente a los espejos torpes despedidas
A los habitantes de pensión con vistas a una esquina
en donde follan los Napoleones con las Josefinas
a los pirómanos de las promesas que jamás cumplimos
al tren que nunca volverá a pasar, ese que ya perdimos.
A un futuro sin pasado donde duermo abandonado
dedicado, dedicado, dedicado.
A los que han hipotecado los momentos a mi lado dedicado, dedicado, dedicado.


Pequeña parada entre periodismo, holandés, Antwerpen (Amberes), Genk, Hasselt, fiestas ridículas y no ridículas, vuestro recuerdo, los mejores gofres del mundo, más fiesta, entregas de trabajos a última hora, y próximo viaje a Bruselas y a su Parlamento.


Amberes

lunes, 7 de noviembre de 2011

Pasiones romanas

En el aeropuerto, hay un mundo que transcurre a su alrededor a pesar del gesto de indiferencia con que él lo observa. Existe paralelo a la vida real, pero no se confunde con ella, porque tiene ritmos propios. Es un universo de idas y venidas, de rostros que se cruzan un instante, sin que nadie se esfuerce por retener los rasgos de los demás. Alguien que no tiene nombre ni historia, que desaparecerá hacia destinos que no importan. Hay una sensación de provisionalidad. Cualquier impresión resulta efímera, como un soplo de aire que se lleva los recuerdos, las imágenes, aquel deseo incipiente. Todos están de paso, con el pensamiento en un lugar distinto, con la certeza de que habitan un paréntesis momentáneo, una parada forzosa antes de continuar la vida. Hay muchas historias que empiezan o acaban. Los reencuentros y las despedidas se suceden, como secuencias robadas de una película. Aquella pareja que se dice adiós mientras los dos intuyen que no volverán a verse. Otra pareja se abraza con la percepción de que el mundo se para. Mujeres y hombres que cruzan sus caminos sin mirarse. El azar les da la oportunidad de un encuentro que desaprovechan. Tal vez hacen lo correcto; quizá se equivocan.