Cuando una vez me dijeron que estaba loca, acepté el dictamen sin protestar: fue ésa la primera vez en la vida que se hizo justicia conmigo. Que nadie venga ahora a reclamarme cordura; mi cordura es mía y no pienso compartirla con nadie.

domingo, 31 de octubre de 2010

"Lo tenía todo, excepto la libertad para poder utilizarlo"

jueves, 7 de octubre de 2010

Madurez.

Nadie, y he dicho NADIE tiene derecho a contar con los dedos los kilos de madurez de los que está compuesto el cuerpo de otra persona. La madurez se consigue día a día con tus propias experiencias, tus aventuras, tus vivencias y tus pensamientos. Para cada uno significa una cosa diferente, y por tanto, se refleja de distinta forma en cada persona. La va formando uno mismo, poco a poco, y por eso, sólo él sabe cómo de maduro es. Nadie puede venir a decirte cuántos caminos te faltan para que realmente seas una persona completamente madura. Yo soy de las que pienso que la madurez realmente tiene que ver con cómo te sientes, no con cómo te ve el resto. No está definida por una actitud, ni por unos pensamientos, ni por una foto estúpida en tuenti. La madurez de quien se siente bien consigo mismo y lucha por sus ideas pesa muchísimo más que la de aquel que tiene una pareja formal, está casado, ve Intereconomía o presume de no haber fallado nunca a un amigo.

martes, 5 de octubre de 2010

Vuelta al cole.


Me he dado cuenta de que llevo demasiado tiempo sin actualizar. Lo que quiere decir que llevo demasiado tiempo vagueando; o lo que es peor, demasiado tiempo sin inspiración alguna. Ahora que ha terminado el verano y (por fin) han empezado las clases, parece que la energía para trabajar está volviendo a mi cuerpo (cómo se nota que es la primera semana). Y así, entre bostezo y bostezo que produce el no estar acostumbrada a levantarse antes de las 11, pienso en por qué he tardado tanto en actualizar y si realmente ese tiempo he estado taaaaan ocupada. Tardo poco en pensarlo todo. Ilusionada empiezo cuando pienso en que he trabajado, me he ido de vacaciones, he tenido que estudiar (¡he decidido que 1 y no más!) y he disfrutado, pero me paro cuando me doy cuenta de que todas las promesas más "culturales", "útiles", "saludables" e "intelectuales" que me hice nada más que el sol empezó a tostarnos no las he cumplido. Ni aprender a cocinar algo más que una salchicha de frankfurt (se suele decir un huevo, pero tampoco sé; ¡qué triste!), ni leerme 302487389274 novelas que había estudiado ese año, ni hacer un poco de ejercicio... simplemente he tenido juerga, paseos románticos por la rúa que han desaparecido a la vez que han desaparecido de allí las terrazas de los bares, horas y horas para dormir y cuatro duros ganados por doblar ropa gastados en la playa. Ahora que me doy cuenta... no sé si terminar diciendo que este verano he sido una vividora, o una tonta.