Cuando una vez me dijeron que estaba loca, acepté el dictamen sin protestar: fue ésa la primera vez en la vida que se hizo justicia conmigo. Que nadie venga ahora a reclamarme cordura; mi cordura es mía y no pienso compartirla con nadie.

domingo, 25 de abril de 2010

Nunca.


Nunca le prometí a nadie un mundo, ni un hijo, ni una vida eterna y feliz a su lado. Tampoco he prometido nunca más de cuatro besos y dos medios abrazos. Si no lo he hecho, quizás sea porque nunca nadie se lo haya merecido. O no, quizás sea yo la que no se lo merece.

2 comentarios:

sriesco dijo...

Me gusta, y por fin puedo entrar... :) ahora ya te sigo oficialmente jajaja y creo que voy a entrar bastante a menudo... :)

sriesco dijo...

Joer Sara, lo acabo de leer tranquilamente... y me ha gustado más :D