Cuando una vez me dijeron que estaba loca, acepté el dictamen sin protestar: fue ésa la primera vez en la vida que se hizo justicia conmigo. Que nadie venga ahora a reclamarme cordura; mi cordura es mía y no pienso compartirla con nadie.

jueves, 7 de octubre de 2010

Madurez.

Nadie, y he dicho NADIE tiene derecho a contar con los dedos los kilos de madurez de los que está compuesto el cuerpo de otra persona. La madurez se consigue día a día con tus propias experiencias, tus aventuras, tus vivencias y tus pensamientos. Para cada uno significa una cosa diferente, y por tanto, se refleja de distinta forma en cada persona. La va formando uno mismo, poco a poco, y por eso, sólo él sabe cómo de maduro es. Nadie puede venir a decirte cuántos caminos te faltan para que realmente seas una persona completamente madura. Yo soy de las que pienso que la madurez realmente tiene que ver con cómo te sientes, no con cómo te ve el resto. No está definida por una actitud, ni por unos pensamientos, ni por una foto estúpida en tuenti. La madurez de quien se siente bien consigo mismo y lucha por sus ideas pesa muchísimo más que la de aquel que tiene una pareja formal, está casado, ve Intereconomía o presume de no haber fallado nunca a un amigo.

2 comentarios:

RA dijo...

Este texto es tuyo?
Es cierto, bueno, más bien hablo por la entrada anterior... hemos estado poco producentes este verano, yo al menos. Creo que para todos, por unas cosas u otras, este ha sido un verano raruno de cojones.

RA.

sarasánchezgo dijo...

sí, el texto es mío!
Y sí, espero que el invierno sea menos raro...